Todo aquel, que se fanatiza; lleva odio y destrucción, en contra de la democracia y la libertad.

Están ahí, agazapados, a la espera de dar el salto a la yugular de la democracia. Unos se visten con el Pakul de lana en Afganistán, con uniforme verde oliva o boina negra y la estrella roja, con el turbante azul en los desiertos donde el fanatismo convive con el tráfico de drogas y personas, con un sombrero de paja en Perú, o la cabeza descubierta en los países del narcotrafico gubernamental de los Estados fallidos.
La gente que puede, huye ante el silencio atronador de los políticos más indecentes del universo que son los que simpatizan con la ideología de partido y justifican como mal menor la muerte de los que no quieren ser esclavos y se sienten traicionados por los que prometieron defenderles.
Muchos políticos callan como barraganas porque se sienten conformes con la persecución del disidente, del que quiere pensar por sí mismo y del que no…
View original post 175 more words