No se va el domingo, sino que se queda con nosotros, hasta llegar nuevamente.
Se va otro domingo del calendario de los años, en el que logré posponer todo lo que me pospuse, predispuesto a soñar hacer en el sueño todo lo que no hice en la vigilia, como volar remontado en un barrilete, y seguramente cumpliré con el cometido porque la vida es de los que se atreven y felices y dulces, los sueños, aunque a veces vengan con Chuker.
Por lo pronto, escatimemos la relevancia de sus tramas, y quedémonos con la imagen final, que representa la alegría de un nuevo despertar y la danza de un corazón contento que no se cansa de bombear cada noche nuevos y narcóticos sueños o cómicas pesadillas.
Basta por hoy, bajame el telón, que aparezcan la luna, las estrellas, los planetas, las brujas con sus escobas, los barriletes nocturnos, las lámparas led, los que bailan por un sueño, los que viven por un sueldo, los…
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